La forma de medir o comunicar el tiempo de utilidad de los productos de iluminación LED es la “vida útil”, que se mide en horas. Esto no significa necesariamente que pasadas esas horas la luminaria dejará de funcionar y deberemos reemplazarla. El dato es más bien estadístico y se determina por pruebas realizadas en laboratorios.
Mediante la evaluación de una tanda testigo de la luminaria, se evalúa la proyección lumínica inicial y el periodo de tiempo que transcurre hasta disminuir el rendimiento un 30%. Alcanzado este valor se determina que la luminaria ha tocado su límite de vida útil.
La disminución de la intensidad lumínica es continua y recién alcanzado el 30% es que esta variación llega a ser perceptible a la vista humana, por lo cual se determina que es en este punto que se ha alcanzado la vida útil. Se estima que un producto de buena calidad no debería superar el 5% de depreciación por cada 5000 horas de uso.
¿Cuánto dura la vida de un LED?
En el mercado argentino existe una amplia variedad de calidades, pero principalmente podemos ver que en las opciones más económicas encontramos productos con una depreciación mayor al 10% por cada 5000 horas, teniendo en cuenta que la primer gran caída es de hasta el 10% durante las primeras 500 horas (periodo de asentamiento).
Los productos DMD tienen una excelente calidad: la depreciación es aproximadamente del 5% por cada 5000 horas y como el periodo de asentamiento se realiza en laboratorio la entrega inicial se considera al 100%.
Para realizar el cálculo de duración, se considera el tiempo de encendido y funcionamiento diario, el cual varía según la marca o el producto. Generalmente podemos encontrar este valor en las letras chicas de los empaques, en los casos en los que lo tienen. Originalmente este valor estaba establecido en 8 horas diarias, pero a partir de la aparición de los LED en el mercado se ha modificado por razones publicitarias.
Para la mayoría de los productos fluorescentes o incandescentes, el periodo de funcionamiento para el cálculo de vida útil es de 3 horas diarias. De este modo, en lugar de hablar de “horas” se habla de “años”, mejorando así significativamente los valores mencionados en el empaque.
Imaginá que tenés una luminaria fluorescente de 8000 horas de vida útil y que la usás 3 horas por día, los 365 días del año. Basta multiplicar y dividir para alcanzar el cálculo definitivo.
365 días del año x 3 horas de consumo por día = 1095 horas de consumo por año
8000 horas de vida útil / 1095 horas de consumo por año = 7.3 años de vida útil.
Teniendo en cuenta esta “trampita” podés considerar que una lámpara de LED encendida 3 horas por día tendrá una vida útil de aproximadamente 45 años y medio. Seis veces la vida útil de una lámpara fluorescente.
A modo de referencia general y teniendo en cuenta que durante las primeras 50.000 horas se considera que la luminaria trabaja dentro de los valores óptimos, y que el promedio de tiempo de funcionamiento diario es de 8 horas, podemos determinar que la vida útil de una lámpara LED es de 17 años aproximadamente.
Otros valores de referencia:
– Lámparas incandescentes: 1000/2000 horas de vida útil.
– Lámparas de descarga y fluorescentes: 4000/8000 horas de vida útil.
– LED: 15.000/100.000 horas de vida útil.
Los LED superan al resto de las tecnologías de 3 a 25 veces en su duración estimada, y éste es uno de los principales motivos a considerar en la intención de recuperar la inversión inicial realizada en la compra del producto: entre la larga duración y el ahorro energético (consumo) producido, las luminarias de LED “pagan con creces” su costo de compra.
¿Qué factores determinan la vida útil de la luminaria de LED?
Se consideran 3 valores para determinar la vida útil de una luminaria LED.
- Valor estimado al momento de su fabricación: está determinado por el tipo y calidad de los materiales y componentes electrónicos utilizados para su construcción. Es decir que según las calidades y tipos de materiales utilizados, podemos estimar la vida útil de un producto.
- Valor asignado: luego de su producción, las pruebas realizadas en laboratorio determinan estadísticamente el valor que se le asigna al producto como vida útil estimada.
- Valor final: podemos considerar que la forma de uso y el método o lugar de instalación influyen en la vida útil del producto. El periodo de vida útil real en el uso de una luminaria en un espacio que requiere el encendido y apagado constante posiblemente difiera de la misma luminaria en una habitación que se encienda una vez sola y funcione durante el mismo tiempo que la totalidad de la primera. De igual modo, los factores climáticos, como la exposición prolongada a los rayos UV del sol, también influyen.
Componentes para evaluar vida útil de LED:
- Driver: muchos productos de LED, tales como lámparas, paneles, reflectores, precisan un driver de potencia para su funcionamiento. El driver es la fuente de alimentación interna del producto. Es de suma importancia contar con un driver de excelente calidad, ya que es quien le alarga la vida útil al producto. El driver debe tener un amplio rango de voltaje de trabajo, lo que permite absorber las altas y bajas de tensión, evitando que el producto pierda su calidad original. Los productos DMD vienen con un driver de potencia certificado bajo las normas de la comunidad europea, con los más altos estándares de calidad mundial.
- Carcasa: la carcasa de un producto es la fuente de disipación del mismo. El LED no emite calor hacia adelante, pero sí lo hace hacia atrás (en menor medida que las luminarias tradicionales). Una carcasa metálica permite una mayor disipación en todo el cuerpo del producto. Al calentar menos, el producto estira su vida útil y su rendimiento.
- Chips: los chips de LED son la fuente lumínica propiamente dicha. La mayoría de los chips LED están soldados con un filamento de cobre, los chips LED de DMD están soldados con filamentos de oro. El filamento de oro es más duradero y además evita que se tiña la luz brindando colores más fieles.
- Factor de potencia: el factor de potencia es el porcentaje de energía que es aprovechado por un sistema electrónico, es el dato que nos indica el aprovechamiento energético del equipo y determina su calidad. Los productos DMD cuentan con un factor de potencia de 0.9 (y 1.0 es el valor más alto). Esto garantiza una larga vida útil del producto.
La vida útil de un producto está íntimamente relacionada con su calidad. Es importante leer la “letra chica” de los productos para entender en base a qué parámetros determinan la vida útil. La garantía ofrecida por el fabricante nos puede indicar si la promesa de la vida útil se cumplirá o no.
¿Alguna duda? Si tenés un proyecto en desarrollo y requerís asesoramiento, no dejes de contactarte con nosotros, con sólo un click en la siguiente imagen.